
La separación en origen es la primera etapa en toda Gestión Integral de los Residuos Sólidos Urbanos, sin la cual no es posible establecer un sistema de gestión integral de reciclaje eficiente. Esta práctica se realiza en el lugar mismo donde se generan los residuos: domicilios particulares, oficinas, escuelas, hoteles, centros comerciales, edificios públicos, restaurantes, entre otros. La separación debe realizarse de manera tal que los materiales reutilizables o reciclables puedan ser clasificados y procesados posteriormente a través de diferentes sistemas y, cuando corresponda, ser reinsertados en el circuito productivo como materia prima para la industria y el comercio. Lo que llamamos “Economía Circular”, esta tarea es llevada a cabo por los recuperadores urbanos. Reutilizar es dar un nuevo uso a un material u objeto antes de desecharlo. Este nuevo uso puede ser el mismo para el cual fue fabricado o puede ser diferente. Reciclar los materiales, consiste en someterlos a un proceso físico o químico para obtener una materia prima o un nuevo producto. Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son aquellos residuos originados por los usos residenciales, comerciales e institucionales y por el barrido y demás operaciones de aseo del espacio público. También, los originados por las industrias y los establecimientos de salud, siempre que no tengan características tóxicas ni peligrosas. No se consideran RSU los residuos patogénicos, los residuos peligrosos, los residuos radiactivos y los residuos derivados de las operaciones normales de los buques y aeronaves. Separar los residuos en origen es una obligación legal: La separación de residuos es una obligación legal a partir de la sanción de la Ley Nro. 1854 “Basura Cero”, que está orientada a reducir progresivamente la cantidad de RSU que se entierran en rellenos sanitarios. La norma fue promulgada en enero de 2006 y reglamentada en mayo de 2007. Esta ley plantea la adopción de medidas dirigidas a la reducción de la generación de residuos, la recuperación y el reciclado, así como también, la disminución de la toxicidad de la basura y la asunción de la responsabilidad del fabricante sobre sus productos. Actualmente, más de 4.200 recuperadores se encuentran formalizados y, mediante el apoyo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se han mejorado sus condiciones generales de trabajo para resguardar su salud y su seguridad, así como para garantizarles el acceso a una obra social y a los elementos necesarios para cumplir con su tarea, entre los que se encuentran uniformes, bolsones, camiones y colectivos.